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La comida funciona como punto de encuentro de amistades, diálogos y pasiones. Reúne aspectos de la vida cotidiana como lo hace la cultura pop. Aquí le damos espacio.

viernes, 1 de noviembre de 2013

Humus

Viene gente. Les compramos papitas, Quesbún, Maní Japonés para una picadita antes de cenar pero está bueno que algo sea hecho con nuestras propias manos. El humus es una opción facílisima, pero sobretodo riquísima y barata.
Primero compramos una lata de garbanzos (si nos da fiaca cocinarlos. En Carrefour conseguimos los de la marca homónima por sólos $4,50). La proporción es a una lata de garbanzos, le sumamos tres cucharadas de aceite neutro (girasol, maíz, canola, etc), una cucharada de pasta de sésamo o algunas gotitas de aceite de sésamo, sal y pimienta a gusto, gotitas de limón a gusto y un diente de ajo. Todo lo "minipimmeamos" y, como toque final, espolvoreamos con un poco de pimentón y le agregamos un chorrito de aceite de oliva. Se hace fácil, se come más fácil aún con un rico pan blanco o crackers o talitas.
Fácil de disfrutar como esta canción de Björk.

domingo, 15 de septiembre de 2013

Esponjita naranja



Uno de mis platos preferidos es el soufflé de calabaza. Sencillo, sabroso, versátil. Su textura es mi debilidad. Se lo puede combinar con otras verduras, completarlo con choclo en granos, utilizarlo como capa de un pastel de carne o pollo. Incluso esta receta se puede utilizar para rellenar una tarta.
Es muy sencillo. Primero, un día con tiempo o en ese momento, metemos en un poco de agua hirviendo una calabaza con piel y todo (no hace falta que quede completamente cubierta). Tardará unos 40 minutos. La sacamos cuando esté súper tierna (recuerden que es para hacer un puré), la pelamos y le sacamos las semillas.
Por otro lado salteamos en aceite, manteca o Fritolim cebolla, o puerro con ajo. Lo vamos a agregar al puré de calabaza condimentando con queso rallado, sal y pimienta. Si quieren pueden sumarle queso crema o crema. Yo les paso la base bien sanita, después fíjense ustedes.
A su vez, utilizaremos tres huevos para una calabaza mediana o cinco para una gigante. Separamos las yemas de las claras y a estas últimas las hacemos a nieve.
Cuando esté todo, sumamos las yemas al puré y por último las claras en dos o tres etapas a esa preparación intentando que los movimientos sean suaves y envolventes para que no se baje el soufflé.
Lo volcamos en una fuente para horno. Si quieren pueden gratinar con salsa blanca o queso. La metemos en el horno fuerte por unos 25 minutos y acompañamos con lo que más quieran.
¡Disfruten!

lunes, 27 de mayo de 2013

Vegetales Gratin

Eso de que "con el frío se come más pesado" es una verdad relativa. Sí es cierto que el frío invita a reunirse más ante un plato elaborado. Da más ganas de encerrarse, en ambientes varios. Sobretodo, se da la vuelta a la cocina, espacio que en el verano, por lo menos se ve afectado por el no uso del horno.
La idea es que hagamos platos sabrosos y cálidos pero que no sean necesariamente de alto contenido calórico o grasoso.
Los vegetales gratinados son ideales: Brócoli, calabazas, papa, espinaca, acelga, batata, repollitos de bruselas, coliflor, berenjena; todos ellos invitan a ser bañados con una buena, y siempre leal, salsa blanca (este blog se declara fana de dicha preparación) y algún quesito para darle ese dorado y crocantez que a tantos tienta.

La idea es que hiervan cualquiera de estos vegetales, o bien, en el caso de las papas, batatas o calabazas pueden preparalos al horno. Estos últimos, si quieren pueden rellenarlos, pero esa es otra historia a la cual no nos apegaremos ahora. Una vez cocidos los colocamos en alguna placa. En el caso de los brócolis, coliflores, hojas, berenjenas o repollitos los acomodamos por toda la placa, los bañanamos con la salsa blanca y les tiramos el queso encima. En el caso de los tubérculos simplemente los bañamos con la salsa y el queso. Horno fuerte unos 15 minutos, pero como siempre... a ojo!
Podemos usar queso Cuartirolo o también los "Quesabores" en todas sus posibilidades ¡¡¡Lo importante es que dore y se funda!!! Por eso, abstenerse a los Por Salut.
Como acompañamiento puede ser una ensalada, o si quieren algo más calentito, arroz con alguna verdurita salteada. Pero realmente, llenan mucho.
Para la salsa blanca, yo siempre sugiero la opción light: En frío integrar una taza de leche por una cucharada colmadita de harina. Una vez que esté bien disuelta la harina, agregamos, sal, pimienta y la INFALTABLE nuez moscada. Llevamos al fuego y la revolvemos hasta que espese.
Con esta idea, no hace falta clavarse un kilo de guiso de lenteja, mondongo o locro para decir que se necesita comida "que llene" en términos de pesada y calórica para pasar el invierno.
¡No me digan que no tienen pinta! ¡A cocinarla!

martes, 19 de marzo de 2013

La pizza en casa


Güerrín, Nápoles, La Mezzeta, El Cuartito, Los Inmortales, El Fortín, Santa María, El Imperio, La Guitarrita, San Remo, son algunas de las pizzerías de Buenos Aires más importantes. No se puede vivir en esta ciudad sin haber ido aunque sea a tres de éstas o de las que no nombré... La lista sigue y sigue. Y ni hablar de muchas pizzerías de sólo envío a domicilio que pueden competirles lo más bien.
Pero creo que de vez en cuando, está bueno experimentar la pizza en casa. Calzarse el delantar de cocina y hacer mucho polvo con la harina.
No voy a ser fundamentalista. No voy a hablar de elaborar la masa 100% casera. Justamente, lo que quiero desmotrarles es que pueden tener excelentes pizzas de una forma muy rápida. O bien comprando buenas pre-pizzas en panaderías artesanales o usando un gran descubrimiento: la pre-mezcla. Hay varias en el mercado. Yo elijo la de Blancaflor.
Esta preparación nos permite que en menos de 10 minutos tengamos la masa ya lista, sin mucho más que echarle un chorro de agua al contenido del paquete. Luego lo manipuleamos (la masa de pizza no se estira con palo) y lo estiramos y estiramos y estiramos hasta que cuelgue, como hacen los pizzeros. Lo ponemos en la pizzera con un horno bien fuerte y, Voi-là!!!!

Coberturas:
Compramos una buena muzzarella. La que nos recomiende el quesero o si les gusta comprar de súper, la de La Serenísima es bastante buena. Compren una buena salsa o "hágala usted mismo".
A eso le podemos poner: Tomates fileteados (frescos o secos), albahaca y ajo. Berenjenas y zapallitos grillados. La genial pizza de verdura y salsa blanca. Rúcula y jamón crudo. Jamón y morrones. (Estas últimas opciones para aquellos carnívoros). Mi preferida: sin salsa, muzzarella con cebollas (saltéenlas en un chorrito de aceite de oliva y cuando estén casi listas súmenles un poco de orégano). Bueno, ya saben más o menos que la infinidad de combinaciones no le hace asco ni a la de anananá (no sé porqué yo la relaciono con el Menemismo............)
La cuestión es que lograron una pizza casi casera sin tener que hacer el bollo de pizza desde cero. En unos 20 minutos lo logran y si compran una buena pre-pizza, en 10.
Les recomiendo siempre tener en cuenta agregar especias y condimentos, queso rallado y un chorrito de aceite de oliva para la última cocción.

domingo, 17 de marzo de 2013

Risotto: la vida misma



El arroz es una de las mejores materias primas para hacer platos. Sencillos, elaborados, dulces, salados. Da para todo: croquetas, tortillas, arroz con leche, budines, arroz salteado con vegetales o carnes, sushi, con manteca o queso, con manteca y queso. Sale como sea. El arroz hecho estrella: el Risotto.
¿Qué es "Risotto"? Muy sencillo: Es el arroz hecho a la italiana. Varios países tienen sus distintas formas de preparar el arroz: en Colombia, en Cuba, en Venezuela, en China, en Japón, pero bueno, enfoquémonos, suelo irme mucho por las ramas.
La base del Risotto es el arroz, claro, pero no cualquier arroz, para hacer un buen Risotto se necesita el canoli o el doble Carolina, considerados los tipos que mayor cantidad de almidón guardan en sus granos. Esto es clave ya que el Risotto se caracteriza, principalmente, por su textura: compacta, pastosa y aglutinada. El almidón, durante la cocción es el que logra que se den esos tres principios de este plato. Esto se logra mediante la cocción lenta, con constante cuidado y mucha, pero mucha "cucharita" (sí, cuidado). No es recomendable alejarse de la cocina durante períodos mayores a tres minutos, así que les recomiendo que cuando hagan este plato se pongan buena música, un banquito cerca, el teléfono a mano y se queden ahí.
Por ejemplo pueden escuchar esto:

Paul presentando Chaos And Creation At The Backyard en la BBC

A los hechos:
Antes que nada hacemos un litro de caldo de verduras y lo dejamos en el fuego mínimo.
Picamos cebolla y la salteamos con un chorro de aceite o manteca o aceite y manteca. El fuego, de moderado a suave.
Una vez transparente la cebolla, tiramos el arroz con el ajo (Para cuatro porciones normales recomiendo 400 gramos de arroz). Esto sí que es importante: vamos a "nacarear" el arroz. Esto es darle una pasada por ese aceite caliente al punto en que quede con un tono nácar. Este paso sirve para darle un golpe de cocción al exterior del arroz y se haga la cocción más homogénea.
Ni bien hayamos colocado el arroz en la cacerola, le agregamos media botella de un lindo vino blanco (nada de comprar vino mediocre para cocinar, con uno bueno está bien). Revolvemos (aaaa, esto lo hacemos lo más que podamos, nunca hay demasiada "cucharita" para el Risotto). Una vez que se consuma el vino le echamos tres cucharones de caldo. Una vez consumido ese primer agregado de caldo salpimentamos y seguimos agregando de a poco el caldo hasta que el arroz esté al dente. Ahí agregamos una cucharada sopera de manteca y una taza de queso rallado.
Eso es el Risotto básico. Mi preferido es el de hongos secos y perejil. Para esto, los hongos los hidratamos 3 horas en té (cuando se enfría el té los remojamos en agua caliente).
Si quieren más variaciones pueden agregarle hongos, brocolli, pollo,lomo, tomates secos, berenjenas, verdeo, cebollas caramelizadas, vegetales varios, calabazas.
Se condimenta con perejil, albahaca, lo que sea. Se puede hacer con mariscos... No hay tope para este plato tan italiano pero tan amado por muchos. Fácil de hacer pero con mucha necesidad de atención, como la vida misma.